Anónimo Producciones llega desde México para presentarnos dos piezas audiovisuales con un gran compromiso social y entorno a la familia. Esta productora ofrece servivios de comic, ilustración, animación, escultura y fotografía. A lo largo de sus trabajos podemos ver difrentes técnicas y estilos.
En este caso, el director, Miguel Ángel Hernández Chehaibar nos presenta a través de un cuidado y sencillo 2D por ordenador "Todos te queremos" y "El hambre de Caribdis". Ambas piezas tienen una banda sonora muy entrañable y sugerente.
"Todos te queremos" cuenta la historia de una abuela que vive abandonada hasta que la hija le pide que cuide a los nietos. Lo que al principio es un buen remedio para su soledad, se convierte en una carga de trabajo extrema que atrapa a la abuela entre la dependencia económica de los hijos, la esclavitud que supone el cuidado de los niños y su incapacidad para decir “no” al abuso constante de su familia. En nombre del amor mal entendido, la abuela pondrá en riesgo, incluso, su vida.
Y sin salirnos de la temática familiar podemos contemplar de otro caso de falta de amor familiar con "El hambre de Caribdis".Caribdis no es un monstruo. Es una mujer que se siente sola y poco amada. Para llenar el vacío en su vida, empieza a comer todo lo que se encuentra a su paso. El hambre no se sacia ni aún devorando a su familia, a un equipo de fútbol o a toda la ciudad. Sólo el amor podrá devolverle la paz.
En este caso, el director, Miguel Ángel Hernández Chehaibar nos presenta a través de un cuidado y sencillo 2D por ordenador "Todos te queremos" y "El hambre de Caribdis". Ambas piezas tienen una banda sonora muy entrañable y sugerente.
"Todos te queremos" cuenta la historia de una abuela que vive abandonada hasta que la hija le pide que cuide a los nietos. Lo que al principio es un buen remedio para su soledad, se convierte en una carga de trabajo extrema que atrapa a la abuela entre la dependencia económica de los hijos, la esclavitud que supone el cuidado de los niños y su incapacidad para decir “no” al abuso constante de su familia. En nombre del amor mal entendido, la abuela pondrá en riesgo, incluso, su vida.
Y sin salirnos de la temática familiar podemos contemplar de otro caso de falta de amor familiar con "El hambre de Caribdis".Caribdis no es un monstruo. Es una mujer que se siente sola y poco amada. Para llenar el vacío en su vida, empieza a comer todo lo que se encuentra a su paso. El hambre no se sacia ni aún devorando a su familia, a un equipo de fútbol o a toda la ciudad. Sólo el amor podrá devolverle la paz.
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